jueves, octubre 11, 2007

Hablar sin palabras

La punta de mis dedos de deslizan por el vidrio empañado, frío, calor; la perfecta combinación para llegar a sentir un escalofrío.
No hay pajas mentales, no hay preocupaciones ni fuertes emociones simplemente la cordillera delante de mis ojos. De pronto llegas tú por sorpresa, me abrazas por la espalda, mi respiración se combina con la tuya y que bien se siente tu presencia. Ahora somos dos mirando hacia al frente, como si en esa imagen hubiese algo más y no hace falta decir nada, no es necesario hacer nada porque ambos sabemos lo importante que es respetar los silencios….

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se como llegué pero me ha gustado mucho!
saludos!