sábado, mayo 05, 2007

Alicia en el país de las maravillas


La historia comienza con la imagen de una niña llamada Alicia, sentada en un banco al aire libre aburrida junto a su hermana. Repentinamente, aparece junto a ella un conejo blanco, vestido de chaqueta, que corre murmurando que llega tarde, mirando su reloj de bolsillo. Alicia se interesa por él y decide seguirlo e incluso entrar a su madriguera, por donde cae durante mucho tiempo recordando cosas que aprende en su escuela y preguntándose si algún día llegará al suelo. Tras hacerlo, entra en un mundo de absurdos y paradojas lógicas. Se encuentra con una pequeña botella, la primera de varias que encontraría en su aventura, que sólo dice «Bébeme», lo que Alicia hace atraída por la curiosidad.

Después de crecer varios metros por efecto de la poción comienza a llorar de desesperación, y sus lágrimas inundan toda la habitación donde se encuentra. Consigue otra botella que la encoje hasta menos de su tamaño habitual, y así nada en sus propias lágrimas a través de una pequeña puerta para salir de la habitación y llegar al exterior. Aquí se encuentra con animales que están a la intemperie en el mar que han creado las lágrimas de Alicia.

Su aventura continúa con más extraños sucesos: queda atrapada en la casa del conejo; conoce a un bebé que llora constantemente y que de pronto se convierte en un cerdo; ve, entre el follaje de un árbol, la sonrisa que desaparece de un extraño gato; se encuentra con animales que están en una perpetua fiesta de té, o que la felicitan por ser éste el día de su no-cumpleaños; juega al criquet, siendo los instrumentos del juego animales, y los jugadores integrantes de una baraja de naipes inglesa antropomórficos; va a la costa donde se encuentra con personajes aún más extraños...

Finalmente llega a la corte de la Reina de Corazones, que la juzga por haber robado algunas tartas, y por ello insiste en que cuando sea declarada culpable se le corte la cabeza. Cuando el juicio llega a su fin la corte entera se sume en un gran desorden, y en el punto más alto de la historia, Alicia despierta confundida bajo un árbol, junto a su hermana: todo se trataba de un sueño.

Ultimamente por las cosas que me han tocado vivir y la oportunidad de tener un sobrino tan especial como Pedro, me he cuestionado la angustia y la crueldad que muestran los cuentos infantiles. Que difícil tarea la de entender el mundo interior de un niño desde nosotros que somos simples adultos y que muchas veces olvidamos como eramos de chicos. Lo unico que digo es que no es facil lo que tienen que vivir y lo duro que muchas veces puede ser darse cuenta de que hasta los mas cercanos te quieren cambiar y no acpetan como eres. Que ganas de haber sido niña y haber tenido la capacidad de comprensión, conciencia y nivel crítico al cual estos pequeños seres pueden llegar. El don de la palabra, se ha vuelto un medio eficaz para estos y me parece perfecto que estos quieran revelarse y mostrar su descontecto de que sean tratados como subestimandolos como "simples niños".

La verdad es que muchas veces me he sentido reducida ante Pedro y descolocada con las preguntas que hace. Yo simplemente no puedo dejar de amarlo y sentirme orgullosa de tener un sobrino como el, al cual tengo muchas cosas que entregar y el, por su parte, muchas cosas que enseñarnos.

Es importante darse cuenta que su tamaño y edad no dicen nada de la complejidad de su mundo interno y que no hay mas que escuchar, dejarlos ser y guiarlos de la manera más constructiva posible sin querer negar su esencia, sin querer cambiarlos. Como adultos cercanos estamos aqui para darles herramientas que los ayuden a expresarse y desarrollarse como personas...no perdamos esa meta o responsabilidad porque ellos nos necesitan.

Pedro al igual que Alicia, tiene 10 años y lo puedo ver con sus amigos imaginarios, perdido en un gran tablero de ajedrez y con una reina que no para de juzgarlo.

Te amo Pedro Valentín!

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