jueves, noviembre 09, 2006


Un día soñe que tenía un acuario, el más lindo que cualquier niño de mi edad quisiera tener. En el habían como mil peces de distintos colores, tamaños y formas, eran los más lindos que pudiesen existir porque los fui adoptando a cada uno de ellos como si fuesen mis amigos y por más que una muralla de vidrio nos separara yo sentía que al verlos nadar, nadaba yo con ellos. Pero no crean que mis amigos eran infelices por estar encerrados, sino todo lo contrario. Ellos me hablaban al oído y me decian que les encantaba sentirse acompañados y cuidados por esta niña que no despegaba su nariz del acuario e insistía en nublarles su visión en cada respiro. Pero un día un niño malo llego y a escondidas mato a los pececillos he hizo desaparecer el acuario como si nunca hubiese existido.
La niña hasta el día de hoy se pregunta si ese acuario fué real o fué sólo un sueño.

1 comentario:

Jose Fernandez Donoso dijo...

Solcilla,
Tu historia del acuario me encantó. Hay una poesía de Antonio Machado (que Paco Ibañez le puso música) sobre un niño que soñaba un caballito blanco y lo cogía por la crin para que no se escapara al despertar. Quizás esos sueños, esos recuerdos, anhelos, alegrías y fantasías hay que atraparlos y sujertarlos con fuerza, clavarles las uñas y moderlos mientras se sueñan para que sigan ahí cuando despertamos. Espero que en tu viaje atrapes tus sueños y no los dejes ir.
Cariños,
Pepe